Patologías y tratamientos, Piel y Cabello, Salud natural

Alopecia; causas, tipos y cómo evitarla

El pelo corporal cumple funciones muy importantes para nuestro cuerpo, es el encargado de proteger la piel frente a sustancias o agresiones externas y también participa en procesos de regulación de la temperatura corporal. En cuanto al cabello, de manera normal se pierden aproximadamente 100-200 pelos por día, valor que puede aumentar hacia el final del verano y a principios de otoño, probablemente por la radiación solar y la temperatura, y que varía entre personas.

La alopecia es una pérdida anormal del cabello, localizada o generalizada, temporal o definitiva, que se produce como consecuencia de un proceso patológico. Es una causa frecuente de estrés y depresión, sobre todo en mujeres. Además, en algunas ocasiones puede indicar la existencia de otras patologías.

Se estima que existen alrededor de 150.000 folículos pilosos en el cuero cabelludo, con una tasa de crecimiento de 1 cm/mes. El folículo pilo sebáceo es una estructura que se desarrolla y se regenera en lo que llamamos el ciclo del folículo piloso, un proceso que dura toda la vida y que está controlado por factores hormonales y de crecimiento.

Durante el crecimiento del folículo piloso se producen 3 fases:

  • Anágeno: en esta fase inicial el folículo piloso se encuentra en proceso de crecimiento. Dura entre 2 y 6 años. Normalmente la gran mayoría de pelos se encuentran en esta fase.
  • Catágeno: las dos terceras partes inferiores del folículo se encuentran en estado de involución, no existe ningún cambio en la largura y forma del cabello. Dura entre 2 y 3 semanas. Normalmente un 1% de los pelos se encuentran en esta fase.
  • Telógeno: el folículo está en fase de reposo o caída. Dura aproximadamente 3 meses. Normalmente un 9-14% de los pelos se encuentran en esta fase.

Existen numerosos factores que afectan al crecimiento del cabello, como la raza, la edad y el sexo. Hombres y mujeres no presentan la misma distribución de folículos pilosos en el cuero cabelludo y las personas de razas orientales tienen menos vello corporal y menos tendencia a la alopecia. Los factores genéticos también tienen una elevada importancia ya que dificultan la capacidad de generar nuevos cabellos. Además, el envejecimiento, algunas enfermedades dermatológicas y sistémicas y fármacos como los que se utilizan para el tratamiento del cáncer también afectan al proceso de crecimiento de los folículos pilosos.

Los diferentes tipos de alopecia se manifiestan de forma diferente en la persona que la sufre y tienen su origen en distintas causas. Pueden clasificarse en cicatriciales y no cicatriciales. Las alopecias cicatriciales se caracterizan por tener el folículo piloso afectado, siendo imposible la producción de pelo, es por eso por lo que la recuperación del cabello no es posible. Se observa como una zona cicatricial sin folículos, con una forma irregular. Estas alopecias pueden ser congénitas, es decir, estar presentes desde el momento del nacimiento, o bien adquiridas, lo que significa que aparecen a lo largo de la vida debido a diferentes causas.

Por otro lado, las alopecias no cicatriciales son calvicies difusas y reversibles ya que el folículo piloso se mantiene íntegro. Este tipo de alopecias se originan porque un número elevado de folículos entran en la fase telógena que, como ya hemos comentado, es la etapa de reposo donde no se produce crecimiento. La piel de la zona afectada tiene una apariencia normal y sin cabello con una forma definida. Algunas de las causas más frecuentes son: dermatitis seborreica, psoriasis en el cuero cabelludo, alopecia areata, insuficiencia renal o hepática, lupus eritematoso, diferentes tipos de cáncer, deficiencia de hierro o zinc, malnutrición, etc.

La alopecia areata es uno de los tipos más frecuentes de alopecia no cicatricial. Se desconoce su causa, aunque algunos estudios apuntan a que tiene relación con procesos autoinmunes combinados con la existencia de estrés psicológico. Se ha asociado con patologías autoinmunes como el vitíligo, la tiroiditis de Hashimoto y la dermatitis atópica. Es una alopecia asintomática en la que se observan zonas sin pelo bien delimitadas, pudiendo estar afectadas las uñas también. Existen diferentes tipos de alopecia areata en función de cómo afecta a las diferentes regiones del cuero cabelludo: focal, placas múltiples, reticular, total, universal, ofiásica y difusa.

Otra forma muy habitual de alopecia no cicatricial es la alopecia androgenética, también conocida como calvicie común. Afecta al 50% de los hombres a los 50 años y al 5-10% de las mujeres. Es la caída de pelo más común y es característica por seguir un patrón definido. Es habitual tanto en hombres como en mujeres, aunque afecta más frecuentemente al género masculino. Se ve afectada por factores hormonales y genéticos.

También son frecuentes los casos de efluvio anagénico, una pérdida brusca, difusa y muy intensa del cabello que se inicia a los 2 o 3 días después de haberse producido la causa desencadenante (enfermedades endocrinas, radiaciones ionizantes, tóxicos, algunos fármacos, etc.). En estos casos se detiene el ciclo de desarrollo folicular en la fase anágena. El tratamiento consiste en eliminar la causa que desencadena esta alopecia.

El efluvio telogénico también es habitual entre los diferentes tipos de alopecias no cicatriciales. Es una alopecia difusa, no tan brusca como el efluvio anagénico pero más frecuente, que se produce por una detención del ciclo folicular en la fase telógena. Se inicia a los 2-4 meses de haber aparecido la causa desencadenante (dietas, estrés, medicamentos, etc.). El tratamiento consiste, igual que en el caso del efluvio anagénico, en eliminar la causa que desencadena esta alopecia.

Desde la farmacia recomendamos que los pacientes acudan directamente al médico en caso de que cumplan uno de los siguientes criterios:

  • Edad: Menores de 18 años
  • Caída de pelo muy brusca o en otras zonas del cuerpo que no son la cabeza
  • Sospecha de reacción adversa a medicamentos
  • Mujeres con trastornos menstruales, acné, crecimiento excesivo de vello
  • Pérdida de peso, desnutrición
  • Pacientes que no responden a tratamientos de indicación farmacéutica
  • Si se da una Enfermedad subyacente y/o consumo de medicamentos como: Endocrinopatías, depresión, lupus eritematoso crónico, psoriasis, anemia, cáncer, VIH, sífilis, Tratamientos para el cáncer, retinoides, anticoagulantes…

Para limitar en la medida de lo posible la caída de pelo se debe evitar el abuso de tintes y permanentes, herramientas de peinado que alcanzan altas temperaturas como el secador o la plancha, utilizar peines adecuados para el cepillado, evitar hacerse trenzas muy apretadas o coletas ajustadas, etc. Además de mantener una dieta sana y equilibrada que contribuirá a la salud capilar y a evitar la caída de pelo.

Existen complementos nutricionales a base de cistina, creatina, vitaminas del grupo B (piridoxina, biotina o ácido pantoténico) y minerales como el zinc o el hierro que pueden ser útiles en casos de alopecias causadas por déficit de nutrientes, situaciones de estrés, períodos largos de deporte intenso, etc.

Imagen diseñada por Freepik.

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