Piel y Cabello

Diferencias entre hidratar y nutrir

De cara al buen tiempo es importante conocer la diferencia entre hidratar y nutrir, porque son dos cosas diferentes. 

Cuando decimos que una piel está deshidratada, es porque le falta agua. Todos los tipos de piel pueden deshidratarse en ciertas situaciones, como por ejemplo, el verano. 
Pero si decimos que está seca, nos referimos a que le faltan lípidos; comúnmente conocidos como grasas. 

La piel deshidratada necesita agua, y la piel seca necesita alimento. 
Esa es, muy resumidamente, la diferencia entre la necesidad de hidratar y nutrir. Importante a tener en cuenta, sobre todo en el caso de una piel mixta o grasa, ya que aportarle a una piel seca hidratación cuando necesita nutrirse, hará que sigan apareciendo los signos de sequedad, pero, hacerlo al contrario; aportarle exceso de grasa a una piel que no lo necesita, generará problemas.

Las grasas a las que nos referimos cuando hablamos de lípidos no son las que asociamos a una dieta, ni son las que produce la glándula sebácea. Ni están en el mismo lugar, ni realizan las mismas funciones.

Los lípidos son componentes grasos que fabrica nuestra piel de forma natural para servir de sostén a las células, reteniendo la humedad de la piel.

¿Cuándo hidratar la piel?, ¿cuándo nutrirla?:

Para saber cuándo hidratar la piel en lugar de nutrirla, y viceversa, vamos a aclarar que en la epidermis, hay una estructura que hace de “muro protector”, constituido por cemento y ladrillos. 
Ese muro se llama barrera hidrolipídica de la piel, y, en ella, el cemento son los lípidos. 
Si no tenemos suficientes, ese muro no va a estar bien construido, los ladrillos no estarán bien pegados, y se formarán agujeros por los que se evaporará de forma rápida el agua de la piel. Además, nuestra microbiota se verá alterada, llegando incluso a aparecer alguna patología de piel.

Para conocer el nivel de necesidad de nutrición de la piel con total certeza realizamos un diagnóstico de la piel. En el caso de no hacerlo, algunas pistas que pueden ayudarnos a diferenciar si hay necesidad de hidratar o nutrir, son las sensaciones:

– Una piel seca siente picor, incomodidad, rigidez después de la limpieza, y es una piel que al tacto se nota con aspereza, e incluso con grietas o descamaciones.
– Una piel deshidratada siente falta de flexibilidad y elasticidad, y tiene una notable pérdida de luz. Puede sentir tirantez en ciertas situaciones, y si continúa deshidratada, tendrá también descamación, especialmente en las aletas de la nariz, el inicio de las cejas… 

Si tienes cualquier duda, en nuestra página web tenemos un recomendador personalizado, que puede ayudarte a determinar tu tipo de piel, y su estado actual, para que encuentres los tratamientos más adecuados a ti.

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