Las hemorroides son las venas que se localizan en las paredes del recto y del ano y que permiten la circulación sanguínea en la zona anorrectal. En ocasiones se pueden dilatar debido a varios factores, llegando a provocar diferentes síntomas y signos en la persona que las padece, desde dolor y prurito hasta sangrado y prolapso hacia el exterior. Son una parte normal de nuestro cuerpo, pero habitualmente se utiliza la palabra hemorroide, almorrana o enfermedad hemorroidal para referirse a aquellas venas que se dilatan y producen molestias.
En función de la localización de estas, se pueden clasificar en dos tipos:
- Hemorroides internas: ubicadas en el canal anal, no visibles desde el exterior. Se clasifican en 4 grados diferentes en función de los síntomas que producen, si salen o no hacia el exterior y si se reducen de manera espontánea o con ayuda manual. Son más probables de producir sangrado.
- Hemorroides externas: se prolapsan por el esfínter anal al defecar y después se reducen por sí mismas o bien con ayuda manual. Son más probables de producir molestias en las personas que las padecen.
Las hemorroides son uno de los problemas de circulación sanguínea más frecuentes entre los pacientes de mediana edad y en la población en general, siendo más prevalentes en mujeres que en hombres. Las principales causas son:
- Dietas pobres en fibra y líquidos.
- Sedentarismo y algunos deportes como la equitación o el ciclismo.
- Determinados trabajos que requieren estar mucho rato de pie, sentado o cargando mucho peso.
- Estreñimiento o diarrea crónica. En estos casos los pacientes sufren mucha presión en las hemorroides y esto facilita su dilatación.
- Malos hábitos higiénicos en la defecación, como quedarse mucho rato sentado en la taza del cuarto de baño.
- Situaciones especiales como la gestación y el parto. Es muy común sufrir de hemorroides en el embarazo ya que a la presión que ejerce el útero sobre las venas hemorroidales se le suma el problema frecuente del estreñimiento que padecen las mujeres embarazadas por el aumento de la progesterona y la relajación de los músculos intestinales.
- Algunas patologías como la hipertensión, las infecciones anales, las diarreas, el abuso de laxantes, etc.
- Mala circulación sanguínea.
- Historia familiar (genética).
A menudo las hemorroides no producen síntomas, pero en ocasiones y en función del tipo y/o localización pueden llegar a ser muy molestas y acabar produciendo complicaciones. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Picor o prurito anal. Es el síntoma más típico de las hemorroides y está causado por la inflamación de la zona.
- Irritación o escozor anal. Puede sentirse de manera continua o bien aparecer únicamente en el momento de la defecación.
- Dolor. Síntoma muy frecuente en las hemorroides externas a consecuencia de la inflamación de la zona anorrectal, donde se encuentran todas las terminaciones nerviosas del dolor.
Algunas de las complicaciones que pueden aparecer a corto y largo plazo son:
- Hemorragia: sangrado que se produce en el momento de la defecación y que se puede observar en las mismas heces o bien al limpiarse la zona con papel higiénico. En caso de que la sangre estuviera mezclada con las heces y tenga un color oscuro, esto querrá decir que el origen del sangrado se encuentra en el tracto gastrointestinal superior y se deberá acudir al médico para descartar patologías más graves como pólipos o tumores.
- Incontinencia fecal: se produce cuando los esfínteres anales no funcionan correctamente y no pueden cerrar del todo.
- Prolapso anal: es la salida de las hemorroides hacia el exterior, frecuente tras la defecación. Suele no ser doloroso excepto si hay infección, trombosis o estrangulamiento. En ocasiones estas hemorroides requieren ayuda manual para volver a su posición inicial.
- Trombosis: se produce cuando una hemorroide es estrangulada por los músculos de alrededor y se vuelve dura y de color oscuro. Provoca dolor intenso y constante y debe tratarse para evitar la ulceración.
Des de la farmacia recomendamos que los pacientes acudan directamente al médico en caso de que cumplan uno de los siguientes criterios:
Edad | Menores de 12 años Mayores de 50 años sin antecedentes de hemorroides |
Síntomas | Hemorroides con prolapso exagerado Trombosis hemorroidal Incontinencia fecal Sangrado rectal prolongado, acompañado de palidez y mareo Estreñimiento crónico o diarrea |
Duración de los síntomas | Más de una semana |
Enfermedad subyacente y/o consumo de medicamentos | Medicamentos antidepresivos o antipsicóticos Tratamiento con anticoagulantes o antiagregantes (en caso de sangrado) |
Situaciones especiales | Embarazo |
Algunos consejos o medidas higiénico-dietéticas para saber cómo aliviar las hemorroides o bien para evitar su aparición son las siguientes:
- Ingerir una cantidad adecuada de fibra y líquidos para aumentar el volumen y el contenido líquido de las heces y facilitar así su evacuación. De esta manera se disminuye el dolor, el prolapso, el sangrado y el esfuerzo durante la defecación. Se recomienda el consumo de frutas, verduras y cereales integrales. Aumentar la cantidad diaria de fibra de manera gradual.
- Mantener una buena higiene local sin excederse. Lavar la zona con agua templada o fría tras cada deposición para evitar que queden restos de materia fecal que puede producir picor. Utilizar vaselina o una pomada para las hemorroides para que no se irrite la zona.
- Hacer 30 minutos diarios de ejercicio físico para mejorar la motilidad intestinal y evitar el estreñimiento.
- Evitar la ropa interior ajustada.
- Utilizar papel higiénico suave o toallitas para hemorroides dando toquecitos en vez de deslizar.
- Realizar baños de asiento con agua templada-fría durante 10 minutos un par de veces al día para aliviar la sensación de prurito e inflamación de las hemorroides externas.
- No reprimir el deseo de ir al baño o retrasar el momento ya que esto podría secar las heces y dificultar su evacuación.
- Evitar el consumo de alimentos picantes, ácidos como el vinagre o los cítricos, con sabores fuertes, aceitunas, anchoas, café, bebidas alcohólicas, etc.
- Si las hemorroides salen hacia el exterior es aconsejable devolverlas a su posición inicial haciendo una ligera presión con los dedos si fuera necesario.
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