Las verrugas son alteraciones benignas de la piel causadas por el virus del papiloma humano, un microorganismo patógeno que tiene más de 100 subtipos causantes de verrugas de diferentes tamaños y consistencias. Estas lesiones pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo y con apariencias distintas en función de la zona afectada. Afectan a personas de todas las edades, aunque son más frecuentes en los niños.
La gran mayoría de las verrugas son asintomáticas, aunque puede haber casos en los que se sienta un dolor leve si éstas están ubicadas en zonas del cuerpo que soportan peso, es el caso de una verruga plantar.
Las verrugas comunes se presentan en forma de nódulos con un perfil bien definido, tacto rugoso y forma redondeada o irregular. Son lesiones duras y pueden tener una coloración grisácea, amarillenta o amarronada. Pueden medir de 2 a 10 mm de diámetro y aparecen con mayor frecuencia verrugas en las manos, los codos, las rodillas y la cara, que son zonas del cuerpo que sufren golpes o traumatismos habitualmente, lo que facilita la entrada del virus a la epidermis.
Existen diferentes tipos de verrugas en función de su aspecto y localización en la piel:
- Verrugas comunes: son las más comunes, tienen forma redondeada y pueden aparecer solas o agrupadas. Presentan una superficie rugosa y suelen formarse en las manos, los pies, y a veces en la cara, el cuello y el cuero cabelludo. Una de las más habituales es la verruga plantar.
- Verrugas filiformes: son largas y más blandas y suelen crecer en los párpados y el cuello o los labios. Suelen ser asintomáticas y presentan un tratamiento sencillo, a menudo se desprenden por sí solas.
- Verrugas planas: son lisas con el borde plano y de color amarillento o rosado. Suelen aparecer en la cara y son más frecuentes en niños y adolescentes. A pesar de ser asintomáticas son más difíciles de tratar.
- Verrugas plantares y palmares: son un tipo de verrugas que se aplanan por el efecto de la presión y suelen ser dolorosas cuando se tocan, pudiendo causar molestias a la hora de andar o estar de pie. En ocasiones es posible observar pequeños puntos negros que son vasos sanguíneos de sangre coagulada. Estas lesiones pueden sangrar un poco cuando se quita una capa de piel superficial.
- Verrugas ungueales: pueden localizarse en los márgenes laterales o por debajo de las uñas. Son habituales en personas que se muerden las uñas, se manipulan las cutículas con frecuencia o realizan trabajos manuales. Son difíciles de tratar por su ubicación.
- Verrugas genitales: son de consistencia blanda y pueden aparecer en cualquier zona del área genital, en las ingles y en la región perianal. Son muy contagiosas y se transmiten durante las relaciones sexuales. En estos casos es aconsejable acudir directamente a un médico para que haga el tratamiento que considere oportuno.
Muchas de las verrugas desaparecen de manera espontánea a los 2 o 4 años de haberse formado, aunque en algunos casos pueden permanecer durante mucho tiempo. Es por eso por lo que en ocasiones es preferible eliminarlas, especialmente si son molestas o se encuentran en zonas muy visibles.
Des de la oficina de farmacia recomendamos acudir directamente a un médico en caso de cumplir uno de los siguientes criterios:
- Verrugas muy dolorosas o que cambian de aspecto o color.
- Sin resultado después de haber seguido un tratamiento, o recurrencia posterior a la eliminación de la verruga.
- La lesión es muy molesta e interfiere en las actividades del día a día.
- Aparición de numerosas verrugas, lo que podría indicar un problema más grave relacionado con el sistema inmunitario.
- Presencia de enfermedades del sistema inmune como VIH o historial de trasplante de órganos.
Teniendo en cuenta que las verrugas se contagian por contacto directo con una persona que esté contagiada o bien con objetos que haya utilizado alguien con verrugas como toallas, guantes, vasos, etc. Será fundamental tomar una serie de medidas higiénico-dietéticas que ayuden a evitar, en la medida de lo posible, la propagación del virus a otras personas:
- Evitar el contacto directo con las verrugas, incluso con las de uno mismo.
- No arrancarse las verrugas ya que esto podría facilitar la propagación del virus.
- Evitar morderse las uñas de las manos o arrancarse los padrastros, ya que el virus crece más fácilmente en las zonas de piel lesionada.
- No compartir objetos ni ropa con personas que presenten estas lesiones.
En caso de que te estés preguntando cómo quitar verrugas, es importante tener en cuenta que existen dos métodos, los tratamientos tópicos y los procedimientos destructivos como el láser o la extirpación. La elección del tratamiento adecuado para cada caso se hará en función de la localización de la verruga y la gravedad de ésta. Entre los tratamientos tópicos, el más habitual es el uso de preparaciones con ácido salicílico líquido. Se suele aplicar por la noche en las zonas afectadas limitándose a la extensión de la verruga, ya que este producto es muy irritante y puede producir enrojecimiento, inflamación e incluso quemazón en la piel sana. Lo que se consigue con este producto es que la piel tratada se ablande y se puedan ir retirando las capas hasta eliminar completamente la verruga.
Sobre todo, el estado inmunitario de la persona y el hecho de sufrir traumatismos de manera frecuente debido al trabajo o a los hábitos diarios hacen que la infección por el virus sea recurrente. Actualmente existe una vacuna contra el virus del papiloma humano que protege contra muchos de los subtipos de este virus que causan verrugas y cáncer.
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