La influencia del sol en la piel es amplia, y aunque la piel es el órgano principal al que afecta, no es la única parte de nosotros que se ve influenciada. El sol es nuestra fuente principal de vitamina D, que sintetizamos desde que los rayos ultravioleta (UV) nos tocan, produciendo una serie de reacciones, que, con una buena protección, se convierten en imprescindibles, y sin ella, pueden ser altamente perjudiciales.
La influencia del sol es uno de los principales beneficios para la salud.
Beneficios para la salud a causa del sol:
1- Al permitirnos sintetizar la vitamina D, fortifica huesos y dientes.
2 – Aumenta la producción de glóbulos blancos, mejorando nuestras defensas.
3 – Promueve la síntesis de la serotonina; una hormona responsable de controlar el estado de ánimo, influyendo en el nivel de agresividad, el apetito sexual, los ciclos de sueño… ¡No es de extrañar que el sol traiga alegría!
4 – Es un beneficio para la salud de nuestro sistema circulatorio, reduciendo la presión arterial al dilatar las arterias, permitiendo que la sangre fluya concentrada en los órganos, y reduciendo a la vez el colesterol, al permitir que se metabolice.
Y por último pero no por ello menos importante…
5 – Mejora el aspecto de la piel. El acné o la psoriasis son buenos ejemplos de ello, ¿has notado cómo mejoran con el sol? Eso sí, tan sólo unos minutos, a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, cuando la influencia del sol es menos perjudicial.
Efectos del sol en la piel
Y hablando de piel, os contamos el proceso que se inicia bajo los efectos del sol en la piel.
Las personas nos bronceamos porque la luz solar provoca que la piel produzca más melanina (células de pigmentos) y se oscurezca.
La epidermis, que es la capa más exterior de la piel, tiene unas células llamadas melanocitos, que cuando reciben los rayos del sol, son estimuladas y pigmentan nuestra piel, como método de protección. Es más difícil dañar una camisa oscura que una muy clara, así de simple. El bronceado desaparece cuando esas células pigmentadas por el sol se desprenden, al no ser ya necesarias, y aparecen nuevas células.
¿Y cuál es la pega de broncearse?. Que, como ves, aunque el sol es un beneficio para la salud directo, también es un potente agresor, debido a los rayos ultravioleta, de los que nuestro cuerpo se defiende con el mecanismo del bronceado. Si no nos protegemos de ellos con un buen solar, la consecuencia puede abarcar desde la destrucción de fibras de colágeno y elastina, y por lo tanto, un envejecimiento prematuro de la piel, hasta quemaduras de leves a graves, o el temido cáncer, que surge tras una exposición prolongada durante años, cuando se agota el suministro de células defensivas frente a la influencia del sol.
Entonces, ¿cuánto tiempo puedo tomar el sol?
A pesar de que la influencia del sol puede provocar al penetrar en la piel desde fotoenvejecimiento, quemaduras, hasta cáncer de piel, también hemos visto sus beneficios para la salud, que nos ayuda a reducir la presión arterial, a sintetizar la vitamina D, y a mejorar algunas patologías de la piel. La pregunta es cuánto tomar el sol, y en qué condiciones.
La realidad es que una persona debería estar expuesta al sol no más de 30 minutos sin protegerse, y que necesita un mínimo de 10 minutos al día de sol, dependiendo de la zona geográfica y el fototipo de piel.
Otro factor importante es la edad, a más edad, menos capacidad para producir vitamina D.
El problema suele surgir en invierno, cuando debido a una más baja concentración de radiación UV, y al frío que nos hace abrigarnos, nuestra piel va mucho más cubierta, con lo cual, necesita más tiempo de exposición, y además, nota menos los efectos de la misma, lo cual no significa que no estén ahí, pero dejamos de protegernos.